Una pequeña población en Argentina, ha desarrollado resistencia a lo que se creía que era completamente venenoso para el ser humano, el Arsénico.
La evolución no deja de impresionarnos. Un grupo de personas de un pequeño pueblo en Los Andes Argentinos han desarrollado tolerancia al Arsénico, debido a que su provisión de agua esta contaminada por este elemento. Normalmente, este elemento es extremadamente tóxico para los seres humanos ya que inhibe la actividad enzimática, pero se encontró que esta población tiene una expresión elevada de un gen llamado AS3MT que permite la metabolización del Arsénico, realizando la metilación del mismo y así, disminuyendo su toxicidad.
El descubrimiento se realizo en San Antonio de los Cobres, Argentina, un lugar seco y en el que las erupciones volcánicas han dejado un residuo de arsénico que entró en las reservas de agua locales. Los residentes han respondido a esta contaminación evolucionando la capacidad de metilar el arsénico, lo que hace que sea mas fácil de excretar.
Aunque el rol del gen AS3MT en la metabolización del Arsénico se conocía desde hace una década, esta es la primera vez que se ha encontrado una población de seres humanos con una cantidad tan alta de expresiones de este gen. La mayoría de los residentes de San Antonio de los Cobres son nativos Americanos, cuyos ancestros han estado allí por aproximadamente 11.000 años.
También existe una población en Perú, y aunque los niveles de Arsénico son mas bajos, también se ha encontrado una variedad interesante de expresiones del gen AS3MT.
Los investigadores estiman que las personas con el AS3MT tienen un 0,03 a 0,05% de probabilidades de tener descendencia que sobreviva a este tipo de contaminación. Aunque es un valor muy bajo, esto basta para transformar completamente a la población de esta área en ese periodo de tiempo tan largo.
A veces, la evolución parece magia, y algunos creen que existen cosas que debieron haber sido diseñadas así como las conocemos y no producto de la «casualidad» o, como prefiero llamarlo, selección natural, pero lo cierto es que, con suficiente tiempo, todo es posible, y esta población lo demostró evolucionando, durante casi 11.000 años, tolerancia a uno de los elementos mas tóxicos para el ser humano.
Fuente: IFLScience
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