Al parecer el Iceberg gigante desprendido de Larsen C hace unos días es la introducción de un evento mucho más preocupante, pues quizás vienen más tras de él.
El 12 de julio todos los medios hicieron eco del desprendimiento de un enorme bloque de hielo de la plataforma que rodea la Antártida. Un Iceberg del tamaño aproximado de la Rioja (España) o de Delaware (USA) con un peso de un trillón de toneladas métricas. Varios estudios afirman que este desprendimiento no fue causado por la actividad humana. Por lo menos, no directamente.
El gigantesco bloque de hielo desprendido era una parte de la plataforma de hielo llamada Larsen C. Esta, junto con otras plataformas de hielo, rodean el continente helado para protegerlo del aumento del nivel del mar causado por las mareas. De no existir estas plataformas de protección, el hielo de la Antártida se derretiría causando que el nivel general del mar aumente significativamente. Si este evento era preocupante, lo que viene es más preocupante aún.
La grieta de Larsen C inició hace décadas. Pero en el 2014 tomó dirección norte y aceleró, por lo que los investigadores han estado observándola desde entonces. Luego de que el pasado 12 de julio acabara por desprenderse el A68, que es considerado ya uno de los Icebergs más grandes observados hasta el momento, el proyecto MIDAS ha seguido observando a Larsen C para monitorear el comportamiento de la plataforma luego del desprendimiento. La sorpresa que han arrojado las imágenes de satélite no podría ser más preocupante: El resto de la plataforma Larsen C parece desmoronarse.
Un Iceberg entregado, más en camino
Aparentemente, en la plataforma ya venían formándose grietas antes del desprendimiento, y estas grietas han seguido avanzando. Luego del desprendimiento del A68, unos cuerpos helados más pequeños parecen desprenderse de la plataforma, lo que seguramente dará lugar a otros Icebergs más pequeños que seguirán al monumental A68.
Pero aquí no acaba la historia. Una nueva grieta se ha formado donde terminó la primera grieta. Y esta, aparentemente se dirige a Bawden Ice Rise, un punto de anclaje crítico de la plataforma de hielo Larsen C. Aunque los científicos no están seguros de que la grita alcance ese punto, estarán vigilantes, pues esto significaría un posible desprendimiento de toda la plataforma.
El calentamiento global no tiene que ver, «dicen»
Dan McGrath, un Glaciólogo de la Universidad de Colorado ha venido estudiando el comportamiento de Larsen C y la grieta que desencadenó en el enorme Iceberg desde el 2008. Este comenta que el reciente desprendimiento y la grieta que lo causó no se encuentran vinculados con el cambio climático o el calentamiento global. Por lo menos, no directamente.
La Península Antártica ha sido uno de los lugares del planeta que se ha calentado más rápidamente durante la segunda mitad del siglo XX. Este calentamiento ha impulsado profundos cambios ambientales, incluyendo el colapso de Larsen A y B. Pero con respecto a la grieta en Larsen C, no hemos hecho una conexión directa con el calentamiento global. Sin embargo, definitivamente hay mecanismos por los que esta grieta podría estar vinculada al cambio climático, sobre todo a través de aguas oceánicas más cálidas que van deshaciendo la base de la plataforma.
Dan McGrath, Glaciólogo de la Universidad de Colorado
Lo cierto es que el hecho de que la temperatura general del planeta haya subido ya casi 2° genera un impacto en las placas de hielo de los polos. Al subir la temperatura, las placas de hielo no tienen la misma consistencia y son más propensas a grietas y fracturas. Y lo más preocupante es que estas plataformas que se han venido desprendiendo en la última década son las que nos protegen de una inundación global.
¿Una casualidad o una advertencia?
Los últimos tres años han sido récords de temperatura. El 2014 fue el año más caliente de la historia desde que se tiene registro. El 2015 superó al 2014 y el 2016 superó al 2015. Esta tendencia no son elementos aislados, esto nos está indicando algo. La tierra nos está gritando a toda voz que ya no puede aguantar más. Y nos está mostrando una advertencia de lo que pasará si no revertimos esta tendencia.
Ya tenemos varios avances en cuanto a esta materia, pero mientras sigan las emisiones de gases de invernadero, la temperatura seguirá subiendo. El problema es que el principal causante de los gases de invernadero es el combustible fósil. Ya la electricidad producida con la quema de carbón, que es otra actividad altamente contaminante, ha cesado prácticamente y los países están tomando medidas para eliminarla por completo. Pero el caso del combustible fósil es un poco más complicado pues hay muchos intereses económicos de por medio.
Al final, si no detenemos esta tendencia, podríamos acabar como Venus, con una superficie más caliente que la de Mercurio, que está miles de kilómetros más cercano al Sol.
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Fuente: Project MIDAS
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