La increíble genética del veneno de los artrópodos

La increíble genética del veneno de los artrópodos

Más impresionante que la capacidad del veneno de las arañas para paralizar a las víctimas, podría ser su origen, muy diferente al de las serpientes.

El veneno de algunas arañas tiene la particular característica de poder paralizar casi instantáneamente a sus víctimas. Los científicos llevan años preguntándose de donde vino.

Un reciente estudio sugiere que estas poderosas toxinas provienen de una molécula un poco más benigna. Un ancestro químico común que luego fue reclutado por múltiples especies distintas (arañas y ciempiés, por ejemplo), y evolucionado de manera separada por cada especie hasta converger en toxinas muy similares.

Al investigar más a fondo las toxinas de varios artrópodos, los investigadores no lograron encontrar similitudes a nivel genético entre las secuencias de proteínas y demás moléculas que componen las hormonas productoras del veneno. Sin embargo, notaron una similitud en la forma de las moléculas.

Aunque el veneno de los ciempiés y las arañas solo comparten alrededor de un 22% de material genético, estructural y funcionalmente son iguales, por lo que los científicos las clasificaron como helicoidal neuropéptidos de derivado de artrópodos.

Lo más curioso es que la forma de la molécula sugiere que originalmente ésta era muy similar a la insulina. Según los investigadores, el veneno evolucionó de una hormona que alguna vez ayudo a regular el azúcar, tal y como lo hace la insulina en los humanos. Éste hallazgo podría permitir entender y estudiar diferentes químicos y como manipularlos. Obteniendo una imagen clara del origen y la estructura de estos, los investigadores podrían, manipulando estos químicos, desarrollar nuevos fármacos, pesticidas e incluso analgésicos y reguladores de presión arterial.

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También determinaron que el veneno del ciempiés es el más estable, y esperan encontrar una forma de remover su toxicidad para usarlo como base para encontrar soluciones a problemas de agricultura o médicos.

Claro que aún queda bastante trabajo, pues gran parte del funcionamiento de este tipo de toxinas es desconocido. Pero poco a poco los investigadores se van acercando a entenderlas, examinándolos a nivel genético y descubriendo de donde provienen.

Fuente: Cell.com

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