Gracias al uso de tecnología de impresión 3D, el pequeño Vincent Bono podrá tener un desarrollo cerebral normal y tener su vida como cualquier otra persona.
La tecnología de impresión 3D ha significado un antes y un después en muchos campos, sobre todo, el de la medicina. Actualmente son muchas las aplicaciones de esta tecnología, desde creación de prótesis a medida hasta fabricación de órganos funcionales para trasplantes.
El pequeño Vincent Bono, hijo de una pareja residente de New York, nació con una rara enfermedad llamada Craneosinostosis. Esto puede causar una deformidad en la cavidad craneal que desenlaza en un crecimiento no adecuado del cerebro, por lo que los bebés nacidos con esta condición, generalmente terminan con retraso mental u otras complicaciones.
El Dr. Michael Egnor, profesor de neurocirugía en Stony Brook Medicine, en conjunto con un equipo de especialistas, decidieron tomar cartas en el asunto, y usando tecnología de impresión en 3D, lograron reconstruir el cráneo del pequeño.
Usando una técnica llamada Tomografía axial computarizada, crearon modelos impresos en 3D de la cabeza del pequeño Vincent, permitiendo a los médicos explorar el antes y el después de la cirugía desde todos los ángulos posibles antes de realizar la intervención.
Los médicos usaron estos modelos para «desarmar» el cráneo del pequeño, remover la deformidad y volverlo a «armar». Esto permitió realizar ensayos en un escenario controlado en el que el bebé no corría peligro, para que los médicos tuviesen mucha más precisión a la hora de realizar la intervención al pequeño Vincent.
Luego, en una cirugía que duró unas cinco horas, los médicos realizaron la intervención al pequeño, removiendo la deformidad y culminando exitosamente, lo cual le permitió al pequeño Vincent, celebrar la navidad con sus padres, luego de la fase de recuperación que culminó justo para navidad.
Según los expertos, otro de los beneficios obtenidos con el modelo 3D es que, debido a que los especialistas tuvieron la oportunidad de realizar la intervención «simulada» con el modelo, la cirugía duró considerablemente menos tiempo, lo cual significa menos tiempo bajo anestesia y menos tiempo de riesgo de que algo salga mal.
La revolución que causó la llegada de la impresión 3D ha beneficiado a muchas personas. Ahora el pequeño Vincent de 7 meses, pudo celebrar la navidad con sus padres, y podrá crecer sin esta deformidad congénita que pudo haber limitado significativamente sus habilidades cognitivas.
Primera Navidad de Vincent gracias a innovadora cirugía craneal
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Fuente: SlashDot
