Una reciente investigación publicada en Phys.org ha demostrado matemáticamente que los agujeros negros no existen.
Los agujeros negros han sido, durante mucho tiempo, un tema bastante abordado por la ciencia ficción en las películas. Y esto es debido a las peculiaridades y los misterios que los rodean. De acuerdo con lo que se conoce acerca de los agujeros negros, hablamos de un objeto tan masivo que su gravedad impide que escape cualquier cosa, inclusive la luz. Por este motivo no es posible observarlos directamente.
Un documento publicado por la Profesora de Física Laura Mersini-Houghton de la Universidad de Carolina del Norte y el Profesor Harald Pfeiffer de la Universidad de Toronto indicaría que las mismísimas condiciones de formación de un agujero negro podrían evitar la formación del mismo.
Por muchos años se pensó que para que un agujero negro se formase, una estrella super masiva debía colapsar vencida por su propia gravedad a un punto relativamente pequeño en el espacio llamado singularidad. Una membrana invisible llamada «Horizonte de Sucesos» que rodea esta singularidad supone un punto en el que, una vez cruzado, no se puede regresar. En este punto, la fuerza gravitacional del agujero negro es tan poderosa que no permite que nada escape.
El problema es que, existen dos leyes fundamentales que se contradicen en este punto. La primera es la ley de la gravedad de Albert Einstein y la segunda es una ley fundamental de la física cuántica que indica que la información en el universo no puede desaparecer. Los esfuerzos por combinar estas dos leyes llegan a un sin sentido matemático conocido como la paradoja de la perdida de información.
Todavía no he superado el shock. Hemos estado estudiando este problema por mas de 50 años y esta solución nos da muchísimo en que pensar.
Laura Mersini-Houghton, Profesora de Física en la UNC.
En 1974, Stephen Hawking mostró a través de mecánica cuántica que los agujeros negros emiten radiación. Desde entonces, los científicos han detectado huellas en el cosmos que son consistentes con esta radiación, identificando una creciente lista de los agujeros negros del universo.
El estudio de Mersini-Houghton plantea un escenario completamente nuevo. Si bien está de acuerdo con que al colapsar una estrella bajo su propia gravedad, producirá Radiación de Hawking, su trabajo muestra que, ademas de esta radiación, la estrella también pierde masa, tanta masa que, a medida que se contrae, ya no tiene la densidad suficiente para convertirse en un agujero negro.
Antes de que un agujero negro se forme, la estrella moribunda se hinchara una ultima vez antes de explotar. Una singularidad nunca se formara y por consiguiente no habrá horizonte de sucesos.
La evidencia experimental podría probar algún día la existencia o no de los agujeros negros, pero por ahora, Mersini-Houghton dice que las matemáticas son concluyentes.
Los físicos han estado intentando fusionar estas dos teorías por décadas, pero este escenario trae estas dos teorías juntas en armonía.
Laura Mersini-Houghton Profesora de Física en la UNC.
El Paper original puede ser revisado en arXiv, un repositorio online, y aunque aun falta ser revisado por sus pares, ofrece las soluciones numéricas exactas a este problema.
Muchos físicos y astrónomos creen que nuestro universo se originó de una singularidad que empezó a expandirse con el Big Bang, sin embargo, si las singularidades no existen, los físicos tendrán que reconsiderar sus ideas sobre el Big Bang y si este realmente ocurrió.
Fuente: Phys.org