Han descubierto una estrella tan pequeña, que han dado con ella por accidente usando un método para detectar planetas.
Existe un tamaño mínimo que debe tener una estrella para que esta pueda mantener el proceso de fusión funcionando. El astro debe tener una masa suficiente como para que la gravedad produzca la fusión de hidrógeno en helio y la reacción exotérmica producto de la fusión pueda llegar a un estado estable y no colapse.
Este proceso de fusión es lo que hemos estado intentando reproducir en la tierra, ya que es una de las formas de generar energía más eficiente y limpia que se conoce. Con solo un poco de materia, podríamos generar una reacción de fusión que podría durar miles de años. Si, energía limpia e infinita, el sueño del mundo moderno. Pero volvamos a las estrellas.
Las llamadas estrellas fallidas, las enanas marrones, son objetos que no tienen la suficiente masa para sostener las reacciones nucleares y se quedaron a medio camino entre un planeta y una estrella. Muchos se preguntan si nuestro Júpiter, el objeto más grande del sistema solar, podría haberse convertido en una estrella, o si es una enana marrón. Sin embargo, aunque no ha quedado bien definido el límite entre una enana marrón y un gigante gaseoso, se piensa que las enanas marrones deberían tener por lo menos 5 veces más masa que Júpiter.
Hasta ahora se pensaba que 2MASS J05233822-1403022, con tan solo un 8% de la masa de nuestro sol, era la estrella más pequeña que podía existir. Pero el universo no deja de sorprendernos y han localizado un objeto con una masa similar, aunque con un radio 30% menor que TRAPPIST-1, una enana roja a casi 40 años luz de la tierra.
El nuevo record de estrella más pequeña ahora lo ostenta EBLM J0555-57Ab, el nuevo objeto celeste recién detectado. Esta estrella realmente forma parte de un sistema binario, con una compañera bastante más grande ubicado a 600 años luz de distancia. Fue detectado mientras se observaba a su compañera orbital, usando el método del tránsito, un método utilizado para detectar planetas fuera de nuestro sistema solar. Su tamaño es ligeramente superior al de Saturno y tiene una fuerza gravitatoria unas 300 veces superior a la de nuestro planeta tierra.
Nuestro descubrimiento revela cómo de pequeñas pueden llegar a ser las estrellas. Si esta estrella se formara con una masa ligeramente inferior, la reacción de fusión del hidrógeno en su núcleo no podría sostenerse, y la estrella se habría transformado en una enana marrón.
Alexander Boetticher, astrónomo de la Universidad de Cambridge
El método del tránsito se basa en que cuando un objeto pasa frente a una estrella de mayor tamaño, su luz se ve opacada. Usando este método se han detectado sistemas planetarios como los de Trappist-1.
EBLM J0555-57Ab fue identificado por WASP, un experimento de descubrimiento de planetas dirigido por las Universidades de Keele, Warwick, Leicester y St. Andrews. Y según informan los investigadores, detectar esta estrella fue todo un reto, ya que es unas 3.000 veces más tenue que Sol. Además, por estar tan próxima a su estrella compañera, mucho más brillante, su observación fue aún más complicada. En palabras de los investigadores, «fue como intentar ver una vela al lado de un faro».
Aunque son las estrellas más numerosas en el Universo, las estrellas con tamaños y masas inferiores al 20% del Sol son poco conocidas, ya que son difíciles de detectar debido a su pequeño tamaño y bajo brillo. El proyecto EBLM, que identificó a la estrella en este estudio, quiere arrojar un poco de luz sobre esa área de conocimiento.
Los investigadores piensan que las estrellas pequeñas y relativamente oscuras como esta podrían ser perfectas candidatas para albergar planetas donde la vida pueda prosperar. Esto es debido a que, debido a sus actividades menos agresivas, podría aumentar la probabilidad de sistemas que retienen el agua líquida en su superficie.
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Fuente: Universidad de Cambridge
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