Dos agujeros negros que se fusionan

 

Inspirada en la primera detección directa de ondas gravitatorias hecha por el LIGO, esta simulación representa en cámara lenta un fenómeno que en tiempo real tardaría alrededor de un tercio de segundo.

En medio de un escenario cósmico, los agujeros negros se ponen delante de estrellas, gas y polvo. Sus gravedades extremas desvían la luz detrás de ellos en anillos de Einstein a medida que se acercan en espiral y, finalmente, se fusionan en un único agujero negro. Las ondas gravitatorias, de otra manera invisibles, se generan a medida que la rápida unión de los objetos masivos provoca que la imagen visible ondeen y salpique tanto dentro como fuera de los anillos de Einstein, incluso, después de que los agujeros negros se hayan fusionado. Las ondas gravitatorias detectadas por LIGO, llamadas GW150914, son coherentes con la fusión de agujeros negros de 36 y 29 masas solares que hay a una distancia de 1,3 millones de años luz. El agujero negro final tiene 62 veces la masa del Sol; las 3 masas solares restantes han quedado convertidas en energía en forma de ondas gravitatorias.

Imagen astronómica del día gracias a observatorio.info

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